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Cuadro clínico
Saboreo las memorias de días pasados con la punta de la lengua, dulces; déjá vu , el quinto de la noche. Déjá vus que me transportan y me acogan en tu cuarto , en mi sala, en la tuya , en la suya, eso si ,no logro recordar lugar alguno que hubiese sido "nuestro", todos los lugares fueron tuyos , míos o de ellos. Que importa , era tan pendeja que hasta pensaba que eras mío y me conformaba con eso. ¿Ser mío? Hoy no te quiero mío, te quiero de ellas, te quiero consciente y lejos. Lejos, se me olvidan los detalles , y te pienso casi perfecto. Me diviertes y tu ni enterado. Me quito los zapatos , abro mis ojos e intento proyectar la película que cada noche invoco antes de dormir. Mis pupilas se dilatan y aún no he visto nada, un punto negro que no crece ni se inmuta, es lo único que logro ver. Mi corazón late más fuerte y aún no logro olerte. No necesito verte ni olerte, muchos menos sentirte , para que causes en mí los síntomas físicos más comúnes de un enamoramiento que a veces se confunde con un resfriado común. Insisto, tu tenías algo que yo no conocía y a mi me sobraba tanto que tu nunca quisiste. Ni hablar. Me gusta la basura, y más si es ajena. Te espero.
1 comentario:
Curioso: mucha gente no dormía ayer por la madrugada. Qué bueno que escribiste de nuevo, ya te extrañaba. Tú sí sabías dónde estaban tus palabras; esto está muy bueno. Me gusta cómo haces poesía en un texto que podría parecer normal.
Un abrazo, Doña.
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