-Si te digo la verdad- siguió Naoko, - yo adoraba los defectos de Kizuki. Me gustaban tanto como sus virtudes. Él no tenía ni un ápice de astucia o de mala intención. Era débil, solo eso. Nunca quiso creerme cuando se lo decía. Siempre replicaba lo mismo. "Naoko, eso es porque estamos juntos desde los tres años y me conoces demasiado . Tú no puedes distinguir entre los defectos y las virtudes, confundes las cosas." Siempre me hablaba así. Con todo , Kizuki me gustaba y , aparte de él , no me gustaba nadie más.
Naoko se volvió hacia mí y me sonrió con tristeza.
-La nuestra no era la típica relación de pareja. Parecía como si nuestros cuerpos estuviesen pegados Si nos separabamos, una peculiar fuerza de atracción volvía a unirnos. Kizuki y yo nos hicimos novios de la forma más natural del mundo. Era algo que estaba fuera de duda, no había alternativa posible. A los doce años ya nos besábamos, y a los trece nos acariaciabamos. Yo iba a su habitación , o él venía a la mía y se lo hacía con las manos. No se me pasaba por la cabeza que fuésemos precoces. Sí el quería acariciar mis pechos , o mi sexo , yo no tenía nada que objetarle , y si él quería eyacular no me importaba ayudarlo.
Por eso , si alguien nos hubiera criticado por ello, creo que yo me hubiera sorprendido , o enfadado . ¡Vamos! Nosotros hacíamos lo que se suponía que debíamos hacer. Nos habíamos mostrado cada rincón de nuestros cuerpos , casí teníamos la sensación de compartir el cuerpo del otro. En fin , maduramos así , formando una unidad, tomados de la mano. Y apenas experimentamos las urgencias del sexo o las angustias del ego sobredimensionado que acompañan a la pubertad. Nosotros , como te he dicho antes, estábamos muy abierto respecto al sexo , en en cuanto al ego , como cada uno absorbía y compartía el del otro, no teníamos una conciencia muy fuerte de nosotros mismos.
-No podíamos estar separados. Si Kisuki viviera, seguiríamos juntos, amándonos y siendo cada vez mas infelices.
-¿Y eso por qué?
-Porque tendríamos que pagar nuestra deuda al mundo. El sufrimiento de madurar , por ejemplo. No abandonamos el importe en su momento y fue más adelante cuando nos pasó factura. Por eso Kisuki acabó como acabó y yo estoy ahora aquí. Fuimos igual que dos niños que viven desnudos en una isla desierta. Si tienen hambre comen un plátano , si se sienten solos duermen abrazados. Pero esto no puede durar eternamente. Crecimos deprisa y tuvimos que entrar en la sociedad.
H.Murakami
1 comentario:
Ahhh, señora mía... La vida sin prejuicios, sin cuestionamientos innecesarios. Se puede crecer en retroceso??
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