Vosotros, los que esperáis con ansia la hora de una cita; los que contáis, impacientes, los golpes del reloj lejano , sin ver llegar a la mujer amada; vosotros, que confundís los rumores del viento con el leve crujido de la falda de seda , y sentís palpitar, apresurado , el corazón , primero de gozo y luego de rabia , al escuchar el eco distante de los pasos del transeúnte nocturno , que se acerca poco a poco , y al fin aparece tras la esquina , y cruza la calle, y sigue indiferente su camino; vosotros , que habéis calculado mil veces la distancia que media entra la casa y el sitio en que la aguardáis, y el tiempo que tardará , si ya ha salido , o si va a salir , o si aún se está prendiendo el último adorno para pareceros más hermosa: vosotros, que habéis sentido las angustias, las esperanzas y las decepciones de esas crisis nerviosas, cuyas horas no pueden contarse como parte de la vida, vosotros solo comprenderéis la febril excitación en que vivo yo , que he pasado los días más hermosos de mi existencia aguardando a una mujer que no llega nunca..
Gustavo Adolfo Bécquer
Crónica de un matrimonio fallido
Hace 8 años
4 comentarios:
A quién espera, Señora?
A un hombre que nunca llega...
Que quiza esta mas cerca de lo que crees...
Ojalá anónimo mío, ojalá.
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