La poesía ocurre como un accidente, un atropello, un enamoramiento, un crimen; ocurre diariamente, a solas, cuando el corazón del hombre se pone a pensar en la vida.
Vista, sentida así, la poesía es una verdadera maldición -y, claro, por momentos, una verdadera bendición. Sólo quedamos tranquilos cuando deshuesamos el poema, cuando le rompemos el espinazo y, por supuesto, nunca lo logramos. Siempre continúan las malditas palabras tan fuertes, tan inamovibles, tan necesarias como el aire.
Jaime Sabines
1 comentario:
Hoy pensaba en poesía mientras caminaba de regreso a casa. Pensé algo muy similar:ocurre diariamente, a solas...
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